La ciencia detrás de las velas

Para entender las velas a través de la ciencia es necesario estudiar la química y la física que sustentan su funcionamiento. Las velas suelen estar hechas de distintos tipos y grados de cera, que suelen ser cera de abejas, parafina, cera de palma y cera de coco. Cuando se enciende la mecha, el calor derrite la cera, que asciende por la mecha mediante acción capilar.

Una vez que la cera líquida llega a la llama, sufre un proceso llamado vaporización. La vaporización es el proceso de convertir una sustancia de un estado líquido o sólido a un estado de vapor o gas. En el caso de las velas, cuando la cera líquida se aspira a través de la mecha expuesta al calor de la llama, se vaporiza y se convierte en un gas que se puede quemar. El calor de la llama convierte la cera líquida en un gas, que luego reacciona con el oxígeno del aire para producir dióxido de carbono, vapor de agua y calor. Este calor sostiene la llama y mantiene la mecha encendida.

El color y el aroma de una vela también se pueden entender a través de la ciencia. Se pueden utilizar distintos tipos de cera y aditivos para lograr colores y aromas específicos. Las gotas o cubos de color que se utilizan para hacer velas suelen estar hechos de colorantes o pigmentos concentrados. Estos colorantes están específicamente formulados para ser seguros y resistentes al calor, por lo que se pueden añadir a la cera sin afectar a su rendimiento ni a su calidad de combustión. Vienen en diferentes formas, como gotas líquidas, polvo o cubos sólidos, y están disponibles en una amplia gama de colores para adaptarse a diversas preferencias y diseños creativos. Por ejemplo, a menudo se añaden pigmentos o colorantes a la cera para crear velas de colores, mientras que se infunden aceites aromáticos o aceites esenciales en la cera para crear velas perfumadas.

El tamaño y la forma de una vela también pueden afectar su combustión. La velocidad a la que se quema una vela está influenciada por factores como el diámetro de la mecha, el tipo y la composición de la cera y la presencia de aditivos. Los científicos pueden estudiar estos factores para optimizar el diseño de las velas y mejorar los tiempos de combustión.

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El tamaño y la forma de una vela pueden afectar la combustión, ya que pueden afectar la forma en que se distribuye el calor y cómo se derrite la cera. A continuación, se muestran algunas formas en que el tamaño y la forma pueden afectar la combustión:


1. Área de superficie: una mayor área de superficie permite que llegue más oxígeno a la llama, lo que da como resultado una combustión más fuerte y brillante. Por el contrario, una superficie más pequeña puede dar como resultado una llama más pequeña y una combustión más lenta.

2. Charco de cera: el tamaño y la forma de la vela pueden determinar el tamaño y la profundidad del charco de cera que se forma a medida que la vela se quema. Una vela más ancha con un charco de cera poco profundo puede arder más rápido, mientras que una vela más alta y estrecha con un charco de cera más profundo puede arder más lentamente.

3. Disipación de calor: La forma de la vela también puede afectar la forma en que se disipa el calor. Por ejemplo, las velas con bases más anchas o con múltiples mechas pueden distribuir el calor de manera más uniforme, lo que evita que se queme de manera desigual y que se formen túneles. Por otro lado, las velas altas y estrechas pueden concentrar el calor hacia el centro, lo que provoca que se formen túneles si no se queman correctamente.

4. Posición de la mecha: la posición de la mecha en relación con el tamaño y la forma de la vela puede afectar la eficiencia con la que se quema la vela. Si la mecha no está centrada o no tiene el tamaño adecuado para la vela, puede quemarse de manera desigual, lo que provocará un desperdicio de cera y un tiempo de combustión más corto.

En general, el tamaño y la forma de una vela pueden afectar la estética, el tiempo de combustión y el rendimiento de la vela. Es importante elegir velas que sean adecuadas para el uso que se le dará y seguir las instrucciones de encendido adecuadas para garantizar una combustión segura y satisfactoria.